Viernes 24 de agosto
Ya estamos en Santo Domingo.
Desde que cruzamos la frontera nos parece increíble que dos países separados por tan sólo unos pasos puedan diferenciarse tanto. Volvemos a ver edificios, calles asfaltadas, coches, gente vestida… Volvemos a nuestro mundo, pero ya no resulta tan fácil, ahora hemos visto y hemos vivido otra realidad y no nos la sacamos de la cabeza.
Nunca nos imaginamos que esta experiencia nos iba a aportar tanto. Ha sido un mes muy intenso, con sus momentos buenos, pero también con momentos muy duros que nos han hecho aprender que, muchas veces, la realidad supera la ficción.
A pesar de todo, en nuestra maleta nos llevamos muchos nombres y muchas caras que, aunque no sabemos con certeza si las volveremos a ver, sí sabemos que no las vamos a olvidar. Del mismo modo que no olvidaremos sus sonrisas y el amor que hemos recibido, porque ese amor ya forma parte de nosotros y nos ha marcado.
Nosotros que estábamos preocupados por el idioma y resulta que todos hablábamos el mismo: el idioma del amor.