Viernes 24 de agosto
Ya estamos en Santo Domingo.
Desde que cruzamos la frontera nos parece increíble que dos países separados por tan sólo unos pasos puedan diferenciarse tanto. Volvemos a ver edificios, calles asfaltadas, coches, gente vestida… Volvemos a nuestro mundo, pero ya no resulta tan fácil, ahora hemos visto y hemos vivido otra realidad y no nos la sacamos de la cabeza.
Nunca nos imaginamos que esta experiencia nos iba a aportar tanto. Ha sido un mes muy intenso, con sus momentos buenos, pero también con momentos muy duros que nos han hecho aprender que, muchas veces, la realidad supera la ficción.
A pesar de todo, en nuestra maleta nos llevamos muchos nombres y muchas caras que, aunque no sabemos con certeza si las volveremos a ver, sí sabemos que no las vamos a olvidar. Del mismo modo que no olvidaremos sus sonrisas y el amor que hemos recibido, porque ese amor ya forma parte de nosotros y nos ha marcado.
Nosotros que estábamos preocupados por el idioma y resulta que todos hablábamos el mismo: el idioma del amor.
Campo de Trabajo Haití 2019 
Mi más enhorabuena compañeros por haber tenido la valentía de viajar, como bien decís, a un lugar en el que no sabíais lo que os ibais a encontrar. Mi más profunda admiración, por regalarles vuestra fuerza y vuestra sonrisa, aunque estoy segura que en muchos casos por dentro vuestro corazón no sonreía, al ver la difícil situación que se vive en esos lugares. Pero esto es lo que os hace y les hace grandes, sacar el lado más positivo de todo lo que nos venga, buscar siempre la parte buena y saber, que desde el amor todo es posible y que esa debe ser siempre nuestra mayor fuerza.
Vosotros no olvidaréis muchas caras y momentos vividos, pero estoy completamente segura que ellos sí que jamás podrán olvidar las vuestras.
Un abrazo enorme.
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Enhorabuena.
Me parece una labor encomiable. Espero que vuestro testimonio sea un ejemplo para toda nuestra Congregación y, como bien decís, hablemos todos el mismo idioma, el del amor. Felicidades
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Gracias! Seguro que no sólo el idioma del amor, sino el lenguaje de la solidaridad, de la colaboración mutua y de la fraternidad que nos hace sentirnos hermanos y amigos.
Gracias a Karit ! Por hacer de este voluntariado un paso de sensibilidad para todos! A por proyectos al desarrollo en nuestro país con poco se hace mucho.
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Ese idioma es universal. El amor todo el mundo lo entiende, allí cargado de justicia y reivindicación de derechos fundamentales, aquí necesitado de generosidad, de mirada, de compromiso. Un amor que convierte al otro en protagonista de la vida, en centro de lo que somos. Necesitamos que con vuestra vuelta a lo cotidiano de la vida, habléis de ese amor que habéis recibido, que habéis dado, que habéis compartido… Que vuestra propuesta de cambio de mirada rompa todo tipo de indiferencia. La indiferencia impide amar porque no deja conocer, cierra el corazón para sentir. Gracias por el amor entregado y generoso, gracias por vuestro testimonio.
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¡Saludos a los agentes del cambio social!
A lo largo de este mes, inolvidable para vosotros, he sido testigo de vuestras sensaciones y experiencias en Haití. Vuestro relato o su forma de transmitirlo me da una idea de lo que el voluntariado os ha dado.
La labor que habéis realizado es la verdadera fuerza del cambio ante realidades injustas en el intento de construir una sociedad más fraterna y más justa.
Habéis regalado vuestro tiempo, conocimiento y disposición a los que más lo necesitan… y vosotros… a cambio, volvéis con el mejor de los “souvenirs”: sonrisas, el regalo más gratificante del voluntario.
Que con vuestro testimonio se tome mayor conciencia; que vuestro corazón sea la llave que abre el de otros al voluntariado; que vuestra acción sea el complemento de los que colaboran desde la distancia.
Sois cooperación al desarrollo, sois Karit… sois, lo que nuestros alumnos en Murcia calificarían de, auténticos POCHISTAS.
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